viernes, 24 de julio de 2015

'Unos días para recordar': El buenísimo de Becker

Muchas cosas pueden pasarte cuando te encuentras postrado en la cama de un hospital. Dentro de la parábola del enfermo está escrito que recibirás visitas inesperadas como, por ejemplo, ese amigo o familiar que no pensabas que fueras importante para él, pero que al enterarse de tu desdicha va a verte.

Así como si de una obra de teatro se tratase el director francés Jean Becker vuelve este viernes con Unos días para recordar, donde narra la recuperación en un hospital de París de Pierre -Gérard Lanvin (Para todos los gustos, Les Lyonnaisdespués de haber sufrido una lesión al caerse en plena noche en el río Sena en circunstancias que ni él mismo sabe.

En el período de convalecencia de Pierre en el hospital podrá volver a retomar viejas relaciones, sentir la preocupación de sus amigos, acercase más a sus familiares y conocer nuevos personajes que influirán en su rehabilitación tanto física como mental.


Se abre el telón
Con la excusa de tener al protagonista, Pierre, inmovilizado (como está el espectador en su butaca) en una cama de hospital, se puede ir conociendo poco a poco al personaje, pues al principio sólo oyes el ruido de un accidente de coche, luego ves a un hombre caer al Sena y un chaval que, sin pensarlo, se tira rápidamente al río para rescatarlo

Pierre (Gérard Lanvin) pasará duros momentos durante su estancia en el hospital (A Contracorriente).

En el siguiente siguiente acto -el desarrollo- encontramos a Pierre bastante dolorido y sin saber que le ha pasado. En ese momento conocerá, entre el personal del hospital, a la picantona enfermera Myriam -Claudia Tagbo- con su risa contagiosa y el -enérgico- fisioterapeuta Thierry -Philippe Rebbot- con el cual da algunos de los mejores momentos de la película. En esas primeras semanas conocerá, también, a algunos internos como la joven Maëva -Mona Jabeur-, una adolescente que sólo quiere su ordenador para mirar sus redes sociales y que, tanto Pierre como el espectador, no sabrán porqué ella esta ingresada hasta el final.

Philippe Rebbot y Gérard Lanvin protagonizan los momentos más cómicos de la película (A Contracorriente).

En su ámbito más interno, su convalecencia sirve para acercarse más a su hermano Hervé -Jean-Pierre Darrousin (Conversaciones con mi jardinero, Las nieves del Kilimanjaro)- que arrastra problemas maritales; rencontrarse con su antigua amante Florence -Anne-Sophie Lapix-; y crear una nueva relación paterno-filial con el policía Maxime, que investiga las causas de su accidente.

Durante su convalecencia, Pierre recibirá más de una visita inesperada (A Contracorriente).

Las apariencias engañan

Al igual que le ocurre a la sociedad, Pierre se deja llevar por los llamados tópicos. Esta película es lo que podría llamarse una tragicomedia francesa ligera -sin muchas pretensiones-, pero que muestra como muchas veces las apariencias engañan. No sólo en la jovén Maëva, sino también en el chaval que le salva, Camille -Swann Arlaud- que hasta el final nos hace dudar de sus intenciones, como le sucede a Pierre.


La adolescente Maëva (Mona Jabeur) y su necesidad de estar conectada a las redes sociales (A Contracorriente).

El buenísmo de Becker

Unos días para recordar no deja de tener ese toque que el director francés Jean Becker ya impregna en sus películas, como Dejad de quererme (2008), Conversaciones con mi jardinero (2007) y, mi preferida, Mis tardes con Margueritte (2010), donde los personajes tienen dramas personales y aunque son buena gente, que ha cometido errores y la culpa les corroe, siempre terminan encontrando la luz al final del túnel.

El director Jean Becker dando indicaciones a los actores Gérard Lanvin y Claudia Tagbo (A Contracorriente).

En las películas de Becker hay un mensaje de buenismo sobre el ser humano y de ventana para el esperanza. Existen muchas películas -si no ya la propia realidad- que muestran lo destructivo que puede llegar a ser el hombre. Por eso este director intenta mostrarnos que, aunque haya maldad en el mundo, existen seres que son buenos, puros.

Quizás es una exageración por mi parte, pero puede que sea la influencia del personaje de Gérard Depardieu, Germain, en Mis tardes con Margueritte. Y esa influencia tendría justificación ya que Unos días para recordar es otra adaptación de una de las novelas de Marie-Sabine Roger, respetando espíritu y tono según he leído, por parte de Jean Becker y Jean-Loup Dadadie y de la propia autora.

Al principio Pierre es un gruñón que se queja por todo (A Contracorriente).

En Unos días para recordar, Gérard Lanvin tiene cara de gruñón y, al principio, da la imagen de uno de esos hombres que se encuentran solos en la vida porque no hay quien les aguante, al estilo de tío Gilito. Sin embargo, poco a poco, y gracias a los diversos personajes que entran en su habitación su vida da un vuelco y empezará a sentirse vivo de nuevo, volver a sentir, amar y perdonarse a si mismo.

Por todo ello, esta película tiene un claro mensaje de que todo el mundo tiene que perdonarse por los pecados de uno mismo y darse una segunda oportunidad. Conviene también no olvidarse que hay que tener gente en tu vida para aprender a caminar de nuevo. Y a través del cine francés, este mensaje es más cautivador si cabe.


Ficha Técnica


Título original: Bon rétablissement!

Año: 2014

Género: Drama / Comedia

Duración: 81 min.

País: Francia 

Director: Jean Becker

Guión: Jean Becker, Jean-Loup Dadadie, Marie-Sabine Roger

Música: Nathaniel Méchaly

Fotografía: Jean-Claude Larrieu

Reparto: Gérard Lanvin, Fred Testot, Jean-Pierre Darroussin, Swann Arlaud, Daniel Guichard, Anne-Sophie Lapix, Claudia Tagbo, Philippe Rebbot, Mona Jabeur,Louis-Do de Lencquesaing, Isabelle Candelier

Puntuación: 6/10

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